Juntos e iluminados: una usina común que permite ahorrar costos

En un barrio privado de los alrededores del Gran Rosario, un grupo de vecinos instaló una central fotovoltaica propia, una suerte de usina comunitaria, que hoy le permite autobastecerse de energía renovable. Usaron un terreno de bajo valor inmobiliario y encararon un proyecto novedoso de generación eléctrica asociativa, el primero en la provincia de Santa Fe.

La empresa santafesina Argensol ideó y llevó adelante hace un par de años este proyecto en el club de campo “La Rinconada”, en el kilómetro 10 de la ruta nacional N° 34 en la localidad de Ybarlucea. Ese fue el puntapié inicial de un nuevo nicho de negocios que ahora se está expandiendo tanto a usuarios residenciales como a consorcios de propiedad horizontal y parques industriales.

Ya tienen en cartera unos 15 proyectos – en etapa de proyección y desarrollo – muchos de los cuales son grandes clientes de varias provincias, como Santa Fe y Entre Ríos, de las ramas frigorífica, avícola e industrias de biodiesel o metalmecánicas. También están en la grilla proyectos para molinos harineros, aceiteras, estaciones de servicio y heladerías.

Así como hace años los vehículos impulsados por nafta fueron mutando a otros alimentados por GNC, o muchos hogares sustituyeron el uso del gas por el sol en sus calefones, “pronto veremos una transformación a partir de la autogeneración eléctrica”, dijo el ex titular de la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe (EPE), docente y titular de la empresa Argensol, Daniel Cantalejo, quien explicó que esto también viene impulsado por un contexto de aumento de tarifas de energía y una reducción del costo de la tecnología.

La idea de las centrales fotovoltaicas únicas surgió como un proyecto novedoso y de rápida amortización, que nació a la luz de una gestión que realizó Argensol en 2021 ante el gobierno santafesino. Presentaron una propuesta regulatoria que fue aceptada y la cual habilitó la asociación para la construcción de las centrales fotovoltaicas mediante la Resolución 316/22.

Inspirada en la normativa santafesina, la Nación modificó la ley de generación distribuida (N°27.424) mediante el decreto 471/2023.

“Estas soluciones son aplicables a industrias y comercios, un segmento donde aumentó el número de consultas debido a que fue uno de los más afectados por la quita de subsidios al precio mayorista al cual compra la EPE la energía para este segmento de usuarios”, explicó Cantalejo.

La generación puede ser para uso propio y también para colocar el remanente inyectado a la red de distribución, que en Santa Fe pueden se tanto de la EPE como de las cooperativas eléctricas.

Además del barrio privado, Argensol montó una central fotovoltaica en la empresa metalúrgica Arsemet de Armstrong (Santa Fe) y hay otros proyectos en marcha con las cooperativas eléctricas de Hugues y San Gregorio. También hay en desarrollo otro en Luis Palacios para el que están buscando localización.

Todo cambio de matriz exige un costo y este caso no es la excepción. Sin embargo, el especialista detalló que “mientras el shock del ajuste macroeconómico impacta en los precios de la tarifa eléctrica multiplicándolos por 2 o por 3 en dólares este año respecto del anterior, al mismo tiempo los paneles solares disminuyen su costo en dólares a la mitad”.

De ese modo, mientras en 2023 el retorno de la inversión en autogeneración fotovoltaica era de unos 12 años, en 2024 se redujo a apenas 5 años.

Esto ocurrió, entre otras cuestiones, porque creció muy fuerte la oferta de paneles fotovoltaicos de China, lo que permitió reducir los precios. A esa coyuntura puntual del mercado internacional, se le suma un lento incremento del crédito destinado al cambio de matriz energética en el país, y puntualmente en Santa Fe a través del relanzamiento del programa Prosumidores 4.0.

De todos modos, Cantalejo explicó que el financiamiento “aún no ha tomado escala importante como para activar que la demanda se involucre con protagonismo mayor en la incorporación de las nuevas tecnologías renovables que promovemos desde Argensol”.

En el plano doméstico, la gran incógnita es cuál es la inversión que debería realizar una familia y qué beneficios le reportaría. “Una vivienda con una inversión de u$s 6.000 puede autogenerar su energía con un ahorro que puede llegar al 70% de lo que paga en su factura de luz, a lo largo de su vida útil, que en este momento se estima en 30 años”, detalló Cantalejo y resaltó el beneficio que reporta si se tiene en cuenta la suba progresiva de tarifas.

Los edificios exclusivamente eléctricos, sin red de gas aún no es una tendencia generalizada pero “lo vamos a ver en los próximos meses”, dijo. Los que se desarrollaron en Rosario y Santa Fe “las boletas de luz alcanzan hasta 300.000 pesos bimestrales” indicó el ejecutivo de y explicó que la propuesta de la empresa pasa por soluciones parciales para atender los suministros de usos comunes, pero montar una única central fotovoltaica que debe estar conectada a la red de la EPE con capacidad para abastecer el 100% del consumo del edificio incluidos las unidades habitacionales y comerciales. En el caso de que no cuenten con lugar para instalarlas, Argensol también ofrece lugares apropiados para la construcción de la central.

“Estamos en un punto de inflexión”, explicó Cantalejo y puso en la balanza que más allá del momento macroeconómico de la Argentina, hay un conjunto de factores que favorecen la generación de energía fotovoltaica. La primera es el buen sol que tiene la provincia, sumado a un incipiente acceso al crédito y una reducción del precio de la tecnología.

Es un cambio de concepto que se orienta hacia “la democratización en el acceso a la energía”, concluyó