Campo
12.07.2024

Inédita medida

Dinamarca cobrará un impuesto a eructos y flatulencias de vacas y cerdos

El gobierno danés decidió gravar con u$s 100 por cada animal por la emisión de gas metano generada por los eructos y flatulencias de los animales. La medida generó tensión entre los productores ganaderos

En una fuerte apuesta para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que genera el sector agropecuario, Dinamarca cobrará un impuesto de u$s 100 por cada vaca o cerdo que tenga un productor en su rodeo para gravar la generación de gas metano que producen los eructos y flatulencias de estos animales.

Esta normativa, denominada “acuerdo verde”, tiene como principal objetivo reducir las emisiones de GEI provenientes de vacas, ovejas y cerdos.

Según estimó el gobierno liderado por el ministro Mette Frederiksen, se prevé que la medida generará una disminución de hasta el 70% de GEI logrando que el país sea neutro para 2045. 

La decisión generó un revuelo en el sector agropecuario, que enfrentan el doble desafío de reducir sus emisiones de dióxido de carbono (CO2), pero al mismo garantizar la alimentación, tensión que atraviesa a otros sectores, como el de los biocombustibles vs alimentos.

El impuesto a eructos y flatulencias del ganado viene siendo negociado hace meses entre el gobierno de Dinamarca, organizaciones ambientalistas y asociaciones de ganaderos. Hubo un proyecto similar en ese sentido hace dos años en Nueva Zelanda que no prosperó por el rechazo de los productores neozelandeses .

La industria de la agricultura y la ganadería son las mayores emisoras de gases contaminantes en Dinamarca, país que lidera la exportación de productos lácteos y carne de cerdo. Se contempla que el impuesto sobre el ganado sea de 100 dólares por vaca (1,800 MXN). Sin embargo, si los productores aplican ciertas medidas para mitigar las emisiones, habría una reducción del 60%, indicaron desde el gobierno para incentivar una ganadería con prácticas más sustentables.

El acuerdo verde que incluye medidas fiscales como este impuesto, es un entendimiento cuyo propósito consiste en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, restaurar la naturaleza y disminuir la contaminación en el medio marino y los bosques. Con esta planificación de acción climática, Dinamarca busca ser el primer país del mundo en ayudar a mantener el calentamiento global en niveles seguros.

Los productores daneses cuestionaron esta decisión porque entienden que el impacto económico será desfavorable, especialmente por el aumento de impuestos para el sector ganadero. Aunque el impuesto sobre el ganado está planificado para favorecer la biodiversidad e iniciar iniciativas que se puedan transmitir a otras partes del mundo, muchos se preocupan por el impacto socioeconómico.

Dinamarca es uno de los principales productores ganaderos, lo que resulta en altos índices de emisiones de gases. En 2022, las actividades agrícolas y de pesca representaron el 1,47% del PIB y la mano de obra ocupada en esta actividad ascendió al 1,39% del total de la fuerza laboral del país. 

Como contrapartida, el Centro de Estudio Ecológico de Dinamarca indicó que las vacas lecheras emiten 5,6 toneladas de CO2 al año.

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