Actualidad
23.07.2024

Panel debate de Ecobiz

El negocio de ser sustentable: empresas con nuevos paradigmas

Convocados por Ecobiz, referentes de los sectores de la tecnología, la construcción, la electromovilidad, la biotecnología y las finanzas debatieron sobre modelos productivos y de servicios que promueven la sostenibilidad

El desafío fue pensar los negocios y la sustentabilidad sin antagonismos. Pero incluso se redobló la apuesta para poner sobre la mesa cómo la conjunción entre sostenibilidad y empresas puede lograr impactos ambientales y económicos, y a su vez sociales -lo que completa la tríada del triple impacto- a lo que también se le suma la dimensión cultural. Esos fueron algunos de los ejes de “Negocios sustentables, estrategias y políticas de sustentabilidad”, la actividad convocada este martes y donde se escucharon en primera persona experiencias de compañías de diferentes escalas que ya están transitando un camino que forma parte de la nueva economía. 

El debate formó parte de la primera actividad realizada por el portal Ecobiz, un nuevo medio del grupo Primera Línea SRL que se lanzó al ruedo con esta propuesta y se llevó adelante en el Auditorio del Banco Municipal, donde los expositores pusieron sobre la mesa proyectos, preguntas, desafíos y experiencias. 

Gaspar Marc, ingeniero y titular de Nativas, Rómulo Bertoya, arquitecto y fundador de Pensaer; Bernardo García; gerente de Comunicaciones Corporativas de General Motors (GM) Sudamérica; Gabriel Fernández, creador de AFG Ingeniería, y Natalia Diruscio, gerenta de sostenibilidad del Banco Municipal fueron los integrantes del panel sobre negocios sustentables.

El encuentro convocó a empresarios de la ciudad y la región, muchos de ellos que desarrollan proyectos de sustentabilidad en sus firmas, así como a autoridades provinciales, como la presidenta de la Cámara de Diputados de la provincia, Clara García; la subsecretaria de Energías Renovables santafesina, Cecilia Mijich; y la presidenta del Concejo Municipal, María Eugenia Schmuck. 

Generación en transición 

“Emprendedor de raza”, como lo presentaron, Mac es un empresario del software y el titular de una compañía que a través de la tecnología ofrece servicios al resto de las empresas que buscan mitigar la huella ambiental. Es creador de una plataforma que permite a las empresas comprar activos digitales verdes, como pueden ser bonos de carbono o de agua, para mitigar sus huellas ambientales, pero también lleva adelante proyectos donde la empresa interviene en el mismo proceso productivo de las compañías.

Mac reconoce que tuvo un proceso propio en el que fue “transformándose y aprendiendo cómo a través de la tecnología podía tener un impacto ambiental” y que en la actualidad reconoce: “Yo en 2016 empecé a preguntarme para qué hacía lo que hacía y eso fue lo que me movilizó para empezar a involucrarme activamente en todo lo que son proyectos de sostenibilidad", dijo y agregó que "es un momento en el que todos tenemos las herramientas para hacer esta transición y tenemos que hacernos cargo”.

Convencido de que “sostenibilidad y negocios no son antagónicos, y eso está probado”, afirmó que “hay que empezar a entender y creer, para ver allí una posibilidad”. Y aclaró que “no se trata de filantropía”, sino de “incorporar la naturaleza al modelo de negocios”

Y si hay un actor necesario para dar impulso a propuestas de estas características es el financiero que “al principio se involucró a riesgo”, reconoció la propia Diruscio, en representación del Banco Municipal. Sin embargo, indicó que actualmente la mayoría de las entidades del país han susccripto el protocolo de finanzas sostenibles, lo que implica trabajar hacia adentro de las entidades bancarias en las propias prácticas, pero a su vez en el destino del dinero que sale de las entidades crediticias. 

No sólo se trata de ver a quién se le presta la plata, señala la gerenta, sino además explica que “tiene que ver con que la intermediación que se hace entre la oferta y la demanda tenga un destino más sostenible”. 

La construcción como gran tractor

Arquitecto, socio fundador de la constructora Pensaer  y presidente de la Fundación Rosario, Bertoya reconoció el “difícil momento”. Así y todo, aseguró que no se quedaron en mirar el impacto ambiental de la actividad que realizan sino que también en desarrollar actividades con impacto social. "Este es un momento bisagra", explicó. 

Sin dejar de reconocer que la industria de la construcción es una de las que genera más el 30% de las emisiones de dióxido de carbono, cree que está frente a la “oportunidad única de ser el tractor para la reconstrucción del entramado social”, una tesis que, dijo, ya trabaja con sus equipos hacia dentro de la compañía. 

Hablando nada menos que de viviendas, Bertoya señaló que “en una ciudad castigada por las violencia y en un país signado por las grandes desigualdades que estamos teniendo en Latinoamérica, una industria como la nuestra, la construcción, es una gran oportunidad”. Se trata, nada menos, que de “alinear el mercado financiero, con los constructores, con la sociedad civil, con  una política de Estado para poder transformar eso”, agregó. 

Empresarios y referentes polìticos e institucionales se dieron cita en el auditorio del Banco Municipal.

También en el marco del desarrollo de las ciudades y de los planes que la automotriz GM tiene a futuro, pensándose como una industria tecnológica, Bernardo García - representante para Sudamérica- , puntualizó los desafíos para el 2040. En esa enumeración no sólo apuntó a una movilidad sustentable, tanto que alcance la emisión cero para el dentro de los próximos 16 años, sino además que eso implique bajar a cero la huella de carbono, la siniestralidad y los congestionamientos en las ciudades

Un desafío que, señala, tiene diferentes “patas” que van desde los vehículos en sí mismos hasta que las plantas industriales logren esa meta y otras como generar cero residuos, un objetivo que alcanzaron en su planta de Rosario. 

De la soja al plástico

Y si hay un residuo que el empresario Gabriel Fernández busca eliminar  -o al menos disminuir- es el de los plásticos. Lo está poniendo en práctica a través de su nuevo desarrollo, la planta Bionbax que está terminando de montar en Roldán, a través de la cual comenzará a trabajar en la sustitución de los plásticos derivados del petróleo. En una primera etapa se propone hacer “pellet de plástico biodegradable”, aunque ya tiene en la cabeza una segunda fase. “Sabemos producir, nos gusta producir, nos gusta crear cosas”, dijó el empresario sin ocultar el entusiasmo, una de sus virtudes que acompañada por su curiosidad durante un viaje a Colombia y a Brasil le abrió camino a esta nueva idea. 

Biobanx será una de las primeras plantas en Sudamérica en hacer plástico biodegradable a partir de aceite de soja. “Es una planta que tiene la capacidad de tomar unas bacterias, que no están modificadas genéticamente, las cuales se reproducen a una tasa altísima en cuestión de horas y todo lo que come lo transforma en un polímero en su interior, el cual, tras diferentes procesos, se obtiene el bioplástico”, detalló brevemente. 

Explicó que ese plástico tiene la característica de que se desintegra en apenas meses. Si bien no es utilizable para todo tipo de manufacturas, sí es viable para reemplazar a plásticos de un solo uso, como bolsas, botellas, y demás. 

El panel fue la expresión de un ecosistema empresarial que comenzó a moverse bajo la consigna de que "es negocio ser sustentable", como resumió García (GM) una idea en la que coincidieron todos los presentes en el panel y que va en sintonía con las nuevas demandas globales, cada vez más exigentes: "Si no hacés esto quedás fuera de mercado", reafirmó Fernández. Pero también, para responder frente a las presiones sociales y ambientales de cada uno de los territorios, así como a las normativas que imponen los gobiernos, que le ponen una nueva vara a las compañías no sólo puertas adentro sino también al interior de sus procesos productivos. Un nuevo camino que a diferentes ritmos, todos empiezan a transitar.

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