Las nuevas generaciones quieren bancos involucrados en inversiones de triple impacto

Natalia Diruscio es gerente de sostenibilidad de Banco Municipal y desde esa área lleva adelante el desarrollo de la estrategia de sostenibilidad y triple impacto de la entidad financiera de la ciudad de Rosario. También la representa en el Protocolo de Finanzas Sostenibles y en la comisión del mismo tma en la Asociación de Bancos Públicos y Privados de la Argentina (Abappra). 

La ejecutiva participó del participó del panel Negocios sustentables, estrategias y políticas de sustentabilidad”, organizado por Ecobiz y explicó los nuevos desafíos que tiene el sistema financiero de orientar su crédito hacia proyectos de triple impacto no sólo por las tendencias globales en ese sentido, sino además por la demanda de sus propios inversores, quienes depositan su dinero en el banco y demandan que eso se direccione hacia iniciativas sustentables.

- ¿Cómo el sector financiero se involucra en proyectos de sustentabilidad? ¿Existen herramientas para atenderlos?

- En principio, los bancos se fueron involucrando quizá desde el riesgo, desde entender que a lo mejor financiaban una empresa que después contaminaba y luego tenía que pagar multas millonarias y eso afectaba su capacidad de responder a este crédito. Quizás desde ahí fue un poco el comienzo del involucramiento.

Pero hoy por hoy, si vamos a lo que es el protocolo de finanzas sostenibles, ya lo han suscrito la mayor cantidad de bancos del país y en términos de depósitos y de créditos son los bancos más relevantes, o sea, más del 90% del sistema financiero.

En ese protocolo se habla de varios ejes. Uno de ellos es el banco hacia adentro, la comunidad financiera trabajando sus propias prácticas de sostenibilidad. Otro, de los ejes tiene que ver con este análisis que hace el banco sobre a quién le presta la plata y qué hace esa persona con el dinero que le prestan. Para nosotros es cada vez mas importante que los recursos invertidos, es decir esa intermediación que hacemos entre la oferta y la demanda de dinero, tengan un destino más sostenible. Allí hay una demanda también del inversor, del que deposita su dinero, que empieza a mirar a quien quién le prestamos su plata. Las nuevas generaciones no solo quieren rentabilidad, sino tambien propósito, las dos cosas.

Otro punto es el acompañamiento, la  financiación del banco a todo aquel que quiere tener un impacto ambiental positivo, un impacto social positivo. Es decir, como banco puedo prestarle a alguien para reducir sus emisiones, para empezar a trabajar la eficiencia energética y también para que desarrolle un proyecto de impacto netamente, o sea, que desarrolle la economía circular que tanto se está trabajando. En Rosario tenemos mucho para hacer para generar esa circularidad y por qué no financiar eso.

En el caso de la electromovilidad, por ejemplo, aquella persona que quiere comprar un vehículo eléctrico debería tener una financiación para poder hacerlo y también para que las playas de estacionamiento puedan equiparse para poder cargar esos vehículos eléctricos cuando empiecen a circular. Es todo un ecosistema que hay que generar. Esa predisposición para financiar las inversiones que hacen falta en esta transición es la que hoy cada vez más tiene el sistema financiero. Ese sería el espíritu que hoy estamos teniendo.